lunes, 15 de diciembre de 2008

Irregularidades en proceso electoral

Es necesario decirlo…


Al escribir estas líneas, con la intención de llegar ojala, a cada socio y socia de nuestra organización, es necesario decir algunas cosas, con el fin poner en conocimiento de todos, la serie de irregularidades que se están cometiendo en el proceso electoral de las elecciones del directorio nacional de la Confenats,.

Para partir por alguna de ellas, hay que decir que, sin el conocimiento ni el consentimiento de todos los dirigentes de base a nivel nacional y como correspondería en un ampliado de carácter nacional, se ha permitido que voten “nuevas federaciones” en Santiago, por decisión del actual presidente don Roberto Alarcón; transgrediendo un acuerdo histórico de no permitir más de una federación por región. Se abre así la puerta, para dividirnos aún más. Se deja abierta la posibilidad por ende, para la creación de “bases paralelas” en un mismo establecimiento, acción destinada a mantenerse en el poder a como de lugar.

En el caso de Santiago, los formadores de estas dos nuevas federaciones, son los mismos que habiendo perdido en el tribunal electoral, la impugnación que presentaron contra la Federación Metropolitana, no encontraron mejor camino que formar estas organizaciones, para ganar “fuero” y, para tener la posibilidad de ser candidatos en esta elección en curso, cosa que se puede constatar en la lista que conforman.

No satisfechos con tamaña irregularidad, pretenden ahora dejar sin derecho a votar a los hospitales ( Posta Central, El Pino, El Tórax, Luís Tisné y Calvo Mackenna) que son parte de esta Federación Metropolitana, reconocida por la Inspección del Trabajo y a la cual el Tribunal Electoral dio la razón, después de 10 meses de agotador litigio. Algo similar ocurre en la primera región, donde sólo se reconoce una base formada hace poco tiempo por la Sra. Sandra García, para dejar fuera del proceso, a las bases del Hospital de Alto Hospicio, del Hospital de Iquique y del Servicio de Salud de Iquique, todas estas, en franca y abierta oposición a la conducción actual de la Confenats. Queda claro entonces, que hay una maquinación para dejar fuera de competencia, a toda forma de disidencia que les pueda arrebatar el poder, a través de la única herramienta que tenemos: una elección participativa, democrática, limpia y transparente.

Tienen miedo. Tienen terror a perder el poder, al que se aferran de cualquier modo. Están usando cualquier triquiñuela que pudiera eliminar adversarios, curiosamente a los que se han destacado por llevar adelante un proceso creciente de organización y lucha, presentes en cada movilización, de la mano con los trabajadores/as, que se la juegan por una mejor calidad de vida y en defensa de la Salud Pública. Saben que la gente está hastiada de la “no conducción”, de la falta de liderazgo e ideas, de la falta de presencia en los actos públicos y las movilizaciones.

Sin ir más lejos, en la reciente paralización del sector público, brillaron por su ausencia en los numerosos actos realizados, y, donde escasamente participaron entregando el saludo de la Confenats, pasaron sin pena ni gloria, como sucedió en la Plaza Italia, donde un dirigente nacional no fue capaz de dirigirse a la multitud de manera espontánea y natural, sino que recurriendo a un discurso escrito a última hora, sin sustancia ni propuesta. Estoy seguro que cualquier dirigente de base, de cualquier parte del país, lo habría hecho mejor, hablando desde el corazón y la mente, con las ideas claritas de lo que queremos y necesitamos. En Valparaíso, la única vez que habló en una movilización, el presidente de nuestra organización fue breve, y dentro de esa brevedad, no se le entendió nada. Cuando terminó, cantaron los grillos…y había 40 mil personas. Que contraste con los otros dirigentes que hicieron uso de la palabra, cual más, cual menos, fueron ovacionados por una masa que colapsó Valparaíso. Los que estuvieron ahí son testigos.

Hoy día, dispuestos a enfrentar este proceso de votación con la misma fuerza que ponemos en nuestros empeños, con la misma transparencia y buena voluntad con que abordamos nuestra labor de dirigentes, nos encontramos con esta maraña de obstáculos que pretenden excluir a miles de funcionarios/as para participar de esta elección, donde el sentir mayoritario de las bases, quiere y necesita de rostros, argumentos y voces nuevas en la conducción de nuestra organización madre, para levantarla al sitial que le corresponde en el movimiento sindical chileno y de la salud pública en particular.

Hay algunos, que se oponen a esta necesidad imperante con borrosas intenciones. A 20 años del Plebiscito del 88, en que había un país que quería salir de una oprobiosa dictadura, me hace recordar el nefasto desempeño de don Alberto Cardemil, tratando de torcer la historia, usando todo su aparataje para desvirtuar la realidad y mantener la exclusión a toda costa, para quedarse en el poder eternamente.

Suena duro, pero es necesario decirlo.

Oscar Riveros A.
Equipo de la Lista de Clase

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